jueves, 18 de septiembre de 2008

Un sol

Fuimos a ver el Circo del Soleil. A Irina le gustó, a Mònica y a mí más o menos.

Pero de lo que quiero dejar constancia es de lo que me dijo varias veces cuando la traía, subida a mi cuello, medio dormida por las calles barcelonesas:

- ¡Te quiero, papi! ¡Te quiero!